Jugar es un derecho de los niños y una necesidad. A partir de esta necesidad las personas experimentamos, sentimos curiosidad y descubrimos, nos expresamos y aprendemos sin darnos cuenta de ello.
El juego es una herramienta de aprendizaje innata en la que se produce un proceso interactivo y de comunicación con el entorno natural y con otras personas.
La relación que se da, a través del juego, entre niños o entre niños y adultos les llevará a los más pequeños a entender y comprender qué pasa en el mundo en que vivimos.