En los últimos meses, muchos medios de comunicación, instituciones y usuarios han abandonado X —antes Twitter— con la justificación de que se ha convertido en un altavoz de discursos ultras, carente de moderación y que sobrerrepresenta a la extrema derecha a escala global.
¿Marcharse o persistir? Algunas reflexiones en torno a X
Alba Monclus Soler