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Promoción de la autonomía personal: Una mirada respetuosa al apoyo en la discapacidad

Promoción de la autonomía personal: Una mirada respetuosa al apoyo en la discapacidad

Estefania Abad Zamora
Docente del CP de Atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales
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12.06.25

La autonomía personal es mucho más que hacer cosas por uno mismo. Es tener voz, tomar decisiones y construir una identidad propia dentro de las posibilidades y apoyos que cada persona necesita. En el ámbito de la discapacidad, promover la autonomía es, a menudo, un acto de confianza, respeto y paciencia.

Acompañar a las personas en el desarrollo de su autonomía no significa empujarlas hacia la independencia total, sino identificar qué capacidades pueden desarrollar y cómo podemos facilitar que las pongan en juego en su día a día. A menudo, la mejor ayuda es no hacer por el otro lo que puede intentar hacer solo.

En la voluntad de cuidar, a veces terminamos limitando. Hacerlo todo por la otra persona puede transmitirle que no es capaz. Es importante reflexionar: ¿lo hago para ayudar o porque es más rápido y fácil?

La autonomía no es un punto de llegada, sino un camino compartido en el que cada uno avanza a su paso. El objetivo no es solo que hagan más cosas solos, sino que se sientan protagonistas de su propia vida.

Promover la autonomía requiere poner a la persona en el centro y partir de lo que sí puede hacer. Esta mirada positiva nos invita a preguntarnos: ¿qué necesita para hacerlo? ¿Qué apoyos ambientales, visuales o emocionales podemos ofrecerle? ¿Qué espacios le damos para que se equivoque, aprenda y avance?

Esto implica adaptarnos a su ritmo, valorar los pequeños avances y celebrar el esfuerzo, no solo el resultado.

Para que la promoción de la autonomía no se quede en palabras, se necesitan estrategias concretas y ajustadas a la realidad de cada persona. Aquí proponemos algunas, aplicables en entornos residenciales, domiciliarios o educativos:

  1. Rutinas visuales: Las secuencias de imágenes (con pictogramas, fotos o dibujos) pueden ayudar a comprender y recordar los pasos de una tarea, como lavarse los dientes, vestirse o poner la mesa.
  2. Espacios adaptados: Organizar los espacios para que sean comprensibles y accesibles: etiquetar cajones con pictogramas o colores, colocar los utensilios al alcance, eliminar obstáculos, etc.
  3. Elección sencilla: Ofrecer opciones facilita que la persona tome decisiones. No es necesario dar muchas opciones, sino que sean significativas y adaptadas a su capacidad de decidir.
  4. Tiempo y espacio para probar y equivocarse: Evitemos hacer por el otro lo que puede intentar hacer solo, aunque tarde más tiempo. El error forma parte del aprendizaje.
  5. Refuerzo positivo y valoración del esfuerzo: Reconocer el camino recorrido, no solo el resultado. Un pequeño paso puede ser un gran avance. El elogio sincero refuerza la autoestima y la motivación.
  6. Materiales manipulativos e interactivos: Juegos de clasificación, calendarios visuales con velcro, monederos con billetes y monedas de juguete, tarjetas de responsabilidades o paneles de tareas pendientes o superadas pueden hacer atractiva y comprensible la práctica de nuevas habilidades.
  7. Participación real en la vida cotidiana: Involucrar a la persona en tareas habituales como hacer la compra, preparar la comida, cuidar una planta o colaborar en la limpieza, da sentido al aprendizaje. Hacerlo en un contexto real afianza su autonomía funcional y emocional.

Fomentar la autonomía es mucho más que enseñar habilidades: es reconocer la dignidad de cada persona, confiar en su potencial y acompañar con respeto su proceso. Con las herramientas adecuadas, un entorno acogedor y una actitud de apoyo, estamos sembrando autonomía, autoestima y calidad de vida.

Desde esta perspectiva y con esa mirada, trabajamos en las formaciones que ofrecemos en la Fundación Pere Tarrés en el área sociosanitaria. 

Este artículo se ha redactado a partir de la experiencia directa con personas con discapacidad, inspirándose en enfoques como la atención centrada en la persona (Martínez, T.), la educación inclusiva y los materiales divulgados por entidades como Dincat, Plena Inclusión y ARASAAC.

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