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21.06.25

La salida de colonias del Centro de Esplai Trencaclosques ha dado esta mañana el pistoletazo de salida a las actividades de ocio de verano de la Fundación Pere Tarrés, de su Movimiento de Centros de Esplai Cristianos Catalanes y de su red de centros socioeducativos, que globalmente esperan una participación similar a la de otros años, alrededor de 37.000 niños, niñas y jóvenes.

Unos 110 niños y niñas de tres grupos diferentes se han reunido ante la sede de este esplai del barrio de Horta para iniciar sus actividades de colonias, campamentos y rutas. Los nervios y la emoción por empezar una semana de diversión y aprendizajes en plena naturaleza flotaban en el ambiente. Las cerca de 400 actividades de verano que promoverán los esplais de la Fundación son posibles gracias al trabajo y compromiso de más de 3.000 monitores y monitoras voluntarias que dedican parte de su tiempo a educar a niños, adolescentes y jóvenes para contribuir a su crecimiento y desarrollo como personas.

La próxima semana arrancan ya el grueso de casales y colonias de la Fundación Pere Tarrés. La necesidad de preservar la biodiversidad en un contexto de cambio climático y de calentamiento global es uno de los grandes retos del planeta, y por eso, en tanto que las actividades de ocio educativo tienen una finalidad transformadora y pretenden educar a los niños, niñas y jóvenes en los grandes debates de nuestro tiempo, los casales y colonias de este verano tendrán este eje educativo principal, pese a la diversidad de las actividades.

Otro eje clave será la inclusión. Las actividades de verano que empiezan hoy serán inclusivas desde todos los puntos de vista. El objetivo de la Fundación es ofrecer las oportunidades y aprendizajes que aportan las actividades de ocio a todos los niños y jóvenes, independientemente de las necesidades educativas que tengan o de los ingresos de las familias. Así, este verano se ofrecen actividades para niños y niñas de familias en situación de vulnerabilidad que no pueden permitirse estas experiencias y también para los que tienen necesidades educativas especiales o diversidades funcionales.

Desde la Fundación Pere Tarrés tenemos claro que las actividades de educación en el tiempo libre son una experiencia educativa única de crecimiento para los niños,  niñas, adolescentes y jóvenes que contribuyen a su desarrollo personal y emocional y donde adquieren competencias educativas y sociales y hábitos y valores que serán claves en su vida personal y profesional. Por ello, para tratar de garantizar que nadie quede excluido de estas experiencias por motivos económicos, la entidad pone en marcha un año más su campaña de becas, que el año pasado permitió que 6.700 niños, niñas y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad pudieran participar en casales y colonias y que este año espera aumentar esta cifra hasta cerca de los 7.000.