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Así es El Ginjoler, una escuela infantil abierta y familiar

Así es El Ginjoler, una escuela infantil abierta y familiar

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08.02.23

“La acogida ha sido buenísima; las familias de la escuela son familias muy concienciadas con la educación y crianza de sus hijos e hijas, han aceptado con mucha gratitud nuestra filosofía educativa, entendiendo y compartiendo que la escuela infantil debe ser un espacio donde todos y todas nos debemos sentir en confianza y familiaridad”. Con esta nota positiva define Txell Dalmau, coordinadora pedagógica de Pequeña Infancia de la Fundación Pere Tarrés, los primeros meses de vida de El Ginjoler, la primera escuela infantil de la Fundación Pere Tarrés que ella misma dirige y que se puso a andar el pasado mes de septiembre.

Desde este mismo curso, la escuela ya se ha convertido en la referencia educativa para una cincuentena de familias del distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, ​​con 57 niños matriculados en total, aunque el modelo educativo, espacios y el personal disponibles permiten mantener una política de matrícula viva para continuar atendiendo a las necesidades de aquellas familias que a lo largo del curso lo necesiten.

El modelo educativo de El Ginjoler, que toma como base referentes de la educación infantil como Maria Montessori o Emmi Pikler, está claro: situar al niño/a en el centro de su proceso de aprendizaje y el juego como eje central del modelo pedagógico: “Consideramos que los niños deben ser protagonistas de su propio aprendizaje y desarrollo integral; el juego es una herramienta fundamental para que aprendan, se relacionen con el entorno, desarrollen sus habilidades motrices y comunicativas, ganen autonomía, y desarrollen su curiosidad”, destaca Dalmau, añadiendo que “es esencial que cada experiencia que se propone sea significativa y basada en los intereses de cada niño”.

Un equipo comprometido con el proyecto

Actualmente, el equipo de El Ginjoler está formado por cinco tutoras, una por cada aula, que son Patrícia Pau (Mariposas), Laura Moles (Abejas), Pepi Hernández (Mariquitas), Andrea Onrubia (Estrellas) y Núria Montes (Pulpos). La escuela también dispone de una educadora de apoyo, Maria Carol, un apoyo a administración y atención a las familias, Daleri García, una cocinera, Montse Anguera, y una persona responsable del servicio de limpieza, Teresa López, además de Txell Dalmau en funciones directivas.

"La Fundación Pere Tarrés ha creado una escuela abierta y muy familiar, lo que hace que nos sintamos en todo momento como en casa", destaca Nuria Montes. Pepi Hernández , por su parte, explica que el equipo de educadoras “compartimos totalmente el proyecto pedagógico de la Fundación Pere Tarrés, nos sentimos muy a gusto trabajando con él y, además, nos sentimos muy acogidas y acompañadas por la dirección de la escuela, reconocidas y valoradas; en general todas hemos creado un vínculo de confianza y respeto muy bonito que creo que conseguimos transmitir a las familias”.

Precisamente sobre la relación familias-educadoras la dirección de la escuela explica que “pasan ratos en las estancias en las horas de llegada y de despido y forman parte de un espacio importante para los niños en la escuela; se encuentran entre ellas y con nosotros por los pasillos e intentamos que se sientan integradas, crear momentos juntos”.

Los primeros pasos de un proyecto de futuro

En esta primera mitad del primer curso de vida de El Ginjoler, las educadoras y el equipo directivo han tenido que construir las bases para que el proyecto educativo que apenas empieza pueda convertirse en sostenible, efectivo y persistente en el tiempo. De esta forma, el equipo de la escuela ha trabajado durante estos meses en tres líneas específicas siguiendo esta finalidad:

  • La creación de materiales específicamente preparados para cada etapa educativa, pensados ​​cuidadosamente para poder ofrecer propuestas de calidad a los niños; se trata de materiales nobles, de la vida cotidiana, y tienen por sí mismos un cariz imaginativo: madera, vidrio, metal u otros elementos naturales como el arroz, la piel de mandarina, el maíz, los frutos, las hojas, las ramas, entre otros.
  • La creación de espacios diferenciados y con diferentes propuestas, como módulos de movimiento para saltar, espacios más manipulables y de experimentación, espacios de juego simbólico, espacios de descanso y cuentos y espacios para desarrollar la creatividad.
  • La construcción del jardín como espacio seguro y de encuentro, un espacio que actualmente ofrece multitud de oportunidades educativas, con muchas posibilidades esenciales para el desarrollo del juego libre y con un inmenso potencial en lo que respecta a sus beneficios educativos.

La historia del azufaifo ('ginjoler' en catalán), el árbol de la felicidad

El árbol del azufaifo produce el fruto de la felicidad. Con un color rojo muy alegre, los primeros en percibir las cualidades del azucarero fueron los chinos hace 4.000 años, que ya describieron los beneficios que tenía para el bienestar de las personas.

Este árbol, además, es bien conocido en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, ​​donde se inició una lucha vecinal por preservar un azufaifo de 12 metros de altura, situado en un solar en el que se quiso edificarlo' año 2007. En la primavera de ese año, se declaró de interés local este ejemplar, plantado en 1857 y uno de los más antiguos de Europa. Finalmente, los vecinos consiguieron no sólo salvarlo, sino que se dignificara este árbol con un espacio verde a su alrededor.

Las particularidades del árbol, así como la defensa vecinal para preservar el ejemplar barcelonés, inspiraron a la Fundación Pere Tarrés a la hora de escoger el nombre de su primera escuela infantil propia, una escuela que, hoy, sin embargo, ya pertenece a niños, familias y profesionales.

Una escuela infantil abierta a otros proyectos y colectivos

El pasado mes de noviembre, la Fundación Pere Tarrés llegó a un acuerdo con el Agrupament Escolta y Guía Montserrat Roig para cederle parte de los espacios de la escuela infantil para la realización de sus actividades de ocio educativo con niños y jóvenes, reafirmando el compromiso de la Fundación con el fomento del ocio y el apoyo a las entidades que se dedican a ello.