Durante el confinamiento domiciliario del inicio de la pandemia, en una de cada tres familias en situación vulnerable disminuyó el rendimiento escolar de los hijos e hijas, puesto que no pudieron seguir el ritmo de aprendizaje por la falta de ordenadores en su casa y/o por la falta de conexión a Internet.
Para contrarrestar este hecho, en los centros socioeducativos de la Fundación Pere Tarrés se ha incrementado el espacio de refuerzo educativo, en el que los niños, niñas y jóvenes pueden realizar los deberes de la escuela y resolver dudas con el apoyo de los educadores y educadoras.