COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

Ninguno de nosotros tiene la solución mágica para acabar con la pandemia y celebrar esta Navidad como la veníamos celebrando hasta ahora. Por lo tanto...

1. Procura centrarte en aquellas variables que dependen de ti y no te recrees ni te angusties pensando en todo lo que queda fuera de tu alcance.

2. Dialoga con tu yo interior y tranquilízale diciéndole que es el momento de cuidarse y que, tarde o temprano, todo esto pasará, pero hasta que no pase, lo importante es tener cuidado de ti y de las personas de tu entorno.

3. Disfruta de la compañía de tu grupo burbuja y, si hay niños pequeños en casa, procura transmitir alegría y optimismo. Recuerda que tus hijos vivirán estas fiestas de Navidad como vean que tú las vives.

4. Haz el pesebre, arregla la casa, envía postales, adorna el árbol, canta Villancicos... Busca la manera de hacer vivir la Navidad a las personas que están contigo de forma agradable y positiva. Esta Navidad, obligadamente más íntima, puede servir para devolvernos su espíritu original y recordarnos que la felicidad, más que nunca, está en las pequeñas cosas.

5. Sigue valorando las relaciones sociales y no te aísles. Aprovecha las oportunidades de interacción con los demás, aunque sea a través de las pantallas (abuelos, tíos, primos, amigos y vecinos), y agradece que la pandemia haya pasado en una época en que ya disponemos de estos aparatos. Todo habría resultado aún más duro sin esta alternativa a la comunicación directa.

Como dijo el filósofo y pedagogo John Dewey: Una experiencia sin reflexión es justamente eso: una experiencia; pero no una oportunidad de aprendizaje. En la medida de lo posible, sería bueno que esta Navidad diferente nos haga reflexionar como individuos y como sociedad; y se convierta así en oportunidad de crecimiento y de aprendizaje.