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¿Qué tradición esconde el belén?

¿Qué tradición esconde el belén?

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Familias  

13.12.21

María, José, el niño Jesús, los Reyes Magos, los pastores o el leñador o el caganer. Estas son algunas de las figuras que adornarán muchos belenes de los hogares catalanes. Ahora bien, ¿qué es lo más tradicional de esta escena?

Pues bien, según defiende el profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés – Universidad Ramon Llull, Enric Benavent, lo más tradicional es reinterpretarlo constantemente. De hecho, expone que nadie conoce a ciencia cierta cómo fue el nacimiento de Jesús, ya que este episodio bíblico nos llega a través de Lucas y Mateo. Por eso, argumenta que en el belén no se escenifica un hecho histórico, sino que se basa en la “interpretación teológica” que los dos evangelistas hacen. “Representamos este relato y, por tanto, representamos una interpretación”, detalla.

Así pues, Benavent apunta que esta tradición, como cualquier otra manifestación cultural, está en constante evolución. En este sentido, matiza que nunca ha habido una única manera de hacer el belén, ni tampoco una única intención en torno al mismo.

El profesor, que también es experto en espiritualidad, acción social, en belenes y tradiciones relacionadas con la Navidad, especifica que, aunque la recreación de la natividad de Jesús es una tradición popular relativamente joven, tiene unos orígenes muy antiguos. Tal y como comenta, los primeros belenes se hicieron en monasterios y conventos como objeto de devoción. Después, las familias ricas adoptaron esta tradición, que se convirtió en un “elemento de ostentación social”, puesto que encargaban las figuras a grandes escultores. Más adelante, hace unos 200 años, las clases populares emularon a los nobles y, con figuras de terracota, introdujeron en sus hogares recreaciones de esta escena de la Biblia. De esta forma, nace la tradición tal y como se entiende ahora.

Esto coincidió en un momento en que, a raíz de la Revolución Industrial, la gente emigraba del campo a la ciudad. Por eso, Benavent asegura que cuando el belén pasó a las casas más humildes tenía un "elemento de nostalgia de la vida rural que se había perdido". Por eso, se ponían figuras como el leñador, el pastor o el sembrador, entre otros, que daban vida a los oficios que hacían los propios miembros de las familias o sus antepasados en el campo.

Reinterpretaciones contemporáneas del belén

En los últimos diez años, la escenificación del Belén en la plaza Sant Jaume de Barcelona no ha estado exento de críticas. Se han visto propuestas de todo tipo e incluso, en el 2014, un butanero, ya que en aquella ocasión los vecinos de la ciudad fueron sus protagonistas. Esto se debe al hecho de que estas representaciones van más allá del nacimiento de Jesús y permiten una reflexión de la obra por parte del espectador.

Después de un año sin estar por la pandemia de covid-19, este año 2021 el belén ha salido de esta plaza y una cincuentena de figuras luminosas se reparten por las fachadas de los edificios que hay desde la vía Laietana hasta la Rambla. Con esta propuesta, su autor, el arquitecto Jordi Darder, ha optado por descentralizarlo.

Para Benavent todas estas recreaciones contemporáneas del belén son lícitas, puesto que se adecuan a los debates actuales. “Es hacer lo que siempre se ha hecho. Lo tradicional del belén es reinterpretarlo constantemente”, concluye.