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Cerca de 3.000 niños en situación de vulnerabilidad han podido disfrutar de juguetes gracias a la nueva campaña de Navidad de la Fundación Pere Tarrés

Cerca de 3.000 niños en situación de vulnerabilidad han podido disfrutar de juguetes gracias a la nueva campaña de Navidad de la Fundación Pere Tarrés

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17.01.24

Estas fiestas, la Fundación Pere Tarrés ha vuelto a poner en marcha su tradicional campaña de recogida de juguetes para niños en situación de riesgo social y, un año más, la iniciativa ha tenido una respuesta ciudadana muy importante. Durante el periodo navideño, empresas e instituciones y numerosas personas a título individual, han colaborado en la campaña “Ningún niño o niña sin juguetes” haciendo entrega de juegos, juguetes y material escolar y realizando donativos para “apadrinar” las cartas a los Reyes escritas por los diferentes centros socioeducativos que coordina la Fundación y que acompañan cada tarde niños en situación vulnerable. Los regalos se han repartido durante las fiestas a 39 de estos centros socioeducativos y se han beneficiado 2.993 niños. Una cifra que supera con creces los 2.415 niños que pudieron disfrutar de regalos navideños el año pasado.

Una de las claves de este incremento de la solidaridad es la de haber potenciado la iniciativa de apadrinar cartas a Reyes Magos. Los niños y adolescentes, junto con el equipo educativo de cada centro socioeducativo, escribieron antes de fiestas sus cartas a los Reyes con sus peticiones de juguetes o de material y muchas empresas e instituciones han colaborado dando juguetes directamente o financiando el coste de una carta. Una vez recibidos los juguetes, los educadores y educadoras los han envuelto con papel de regalo para hacerlos llegar a los niños, a pesar de que cada centro lo ha hecho de manera diferente: algunos las usaron antes de fiestas para hacer cagar el tió o para hacer venir los pajes de Reyes Magos y otros han optado para repartirlos a los niños esta semana pasada, al volver de vacaciones.

“Tener un regalo en Navidad permite que muchos niños no se sientan excluidos, se les da la sensación de normalidad y de igualdad de oportunidades”, ha manifestado Alana Hurtado, coordinadora de campañas sociales de la Fundación Pere Tarrés, que ha explicado el sentido de este proyecto: “Muchos hogares no pueden asumir los gastos que suponen estas fiestas, y con esta campaña queremos darles un golpe de mano y ofrecerles un trocito de Navidad”.

Los centros socioeducativos


La Fundación Pere Tarrés reúne una red de unos 85 centros socioeducativos propios, adheridos y de titularidad municipal en Cataluña y Baleares, donde cada tarde participan más de 6.000 niños después de la salida de la escuela. El objetivo de estos espacios es que todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades que el resto de niños y puedan desarrollarse y crecer de forma positiva, a través del refuerzo educativo, las actividades educativas y de ocio, el trabajo de hábitos y el acompañamiento emocional y psicológico.

A raíz de la cronificación de la crisis económica y social, la situación de muchos de estos niños y de sus familias se ha agraviado y muchos padres y madres han perdido sus fuentes de ingresos o han visto como empeoraban sus condiciones laborales, hecho que ha generado problemas para conseguir recursos para cubrir necesidades como la higiene, la alimentación o la educación de los niños. En este contexto, muchas de estas familias, que no tienen algunas de sus necesidades básicas cubiertas, tampoco tienen recursos para comprar juguetes en Navidad o Reyes. De aquí la importancia de esta campaña que pone en marcha cada año la Fundación Pere Tarrés, consciente que jugar e ilusionarse con las tradiciones navideñas forma parte del desarrollo psicosocial del niño.
Esta acción se pone en marcha de manera paralela a otra campaña solidaria que tiene el objetivo de conseguir donativos económicos que permitan ayudar a financiar los diferentes proyectos solidarios que lleva a cabo a la Fundación. Las ayudas permitirán desarrollar nuevos programas de acompañamiento educativo y emocional para los niños que asisten en los centros socioeducativos y también hacer posibles proyectos como la financiación de tratamientos de salud oftalmológica y bucodental que las familias no pueden asumir o la rehabilitación y mejora de algunos de los espacios educativos.