10.04.25
Más de medio millón de niños y niñas catalanes no participan en actividades extraescolares no deportivas y el 20% no realiza ninguna actividad de ocio educativo fuera de la escuela. Unas cifras que empeoran claramente en familias en situación vulnerable: entre las familias de rentas más altas, el 56% de sus hijos e hijas participan en actividades extraescolares no vinculadas con el deporte, pero entre las más vulnerables este porcentaje sólo llega hasta el 32%. Son algunas de las conclusiones del informe La universalización del ocio educativo en Catalunya, que la Sindicatura de Greuges de Catalunya hizo público ayer y que evidencia que las administraciones públicas no han destinado recursos suficientes a desarrollar legalmente el derecho al ocio educativo.
"Hay una falta de reconocimiento del ocio educativo en nuestra sociedad", ha reflexionado el director adjunto de la Fundación Pere Tarrés, Rafael Ruiz de Gauna, que reclama más compromiso de las administraciones públicas en potenciar estas actividades y en garantizar que todo el mundo tenga acceso a ellas independientemente de su situación económica: "Por el potencial que tienen estas actividades queremos que todos los niños y niñas de nuestro país puedan participar. La educación en el tiempo libre debería ser un derecho reconocido, como indica la Convención de Naciones Unidas. Es necesario garantizar el desarrollo del derecho al ocio para no generar desigualdades, especialmente cuando muchas de las competencias personales y profesionales que se requieren en el siglo XXI se generan en estos contextos educativos no formales. Y esto pasa por aumentar la dotación económica en los presupuestos públicos respecto a otras prioridades.”
Más esfuerzos que nunca para garantizar el acceso a todos
Ante estas dificultades y la falta de una acción suficientemente decidida de los gobiernos públicos por el ocio educativo, las entidades de la sociedad civil han tenido que redoblar los esfuerzos por cubrir ese vacío, conjuntamente con la oferta que ya hacían directamente a través de los esplais o agrupamientos. La Fundación Pere Tarrés promueve acciones educativas y sociales para todos a la vez que facilita que las familias con menos recursos también puedan participar. La Fundación destinó el año pasado más recursos que nunca antes a ofrecer 14.610 becas y ayudas a niños y jóvenes en situación vulnerable que les han permitido participar en proyectos pedagógicos y sociales y actividades de ocio educativo. "El objetivo es intentar garantizar que los niños y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad tengan las mismas oportunidades educativas que el resto y puedan crecer, aprender, disfrutar y desarrollarse como personas", explica Ruiz de Gauna.
En el marco de su acción social, en 2024 la Fundación acompañó a 7.354 niños y jóvenes en situación vulnerable a través de su red de 97 centros socioeducativos adheridos o gestionados por la entidad. En estos espacios diarios los niños, acompañados por un equipo formado por educadores y educadoras y también por personas voluntarias, reciben refuerzo escolar, participan en actividades de ocio educativo, practican hábitos de higiene y disfrutan de una merienda saludable. A través de su participación en estas actividades de educación en el tiempo libre también se cultiva su parte emocional y su autoestima y se aprovecha para apoyar a las familias desde un enfoque comunitario, ofreciéndoles orientación laboral, atención psicológica o, en el caso de personas migradas, herramientas de alfabetización.
Más del doble de becas para casales y colonias en 5 años
Otro eje central de trabajo de la Fundación es el apoyo a las familias en situaciones más vulnerables durante el verano para que puedan inscribir a sus hijos en casales y colonias. Y es que el informe presentado ayer destaca también la dificultad de acceso a estas actividades que hace que muchos niños no participen en ellas, y muy especialmente en verano. De hecho, según asegura el trabajo, más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes no realizan actividades de ocio durante las vacaciones. Por eso, en 2024 la Fundación Pere Tarrés becó a 6.734 niños, jóvenes y adolescentes para que disfrutaran de casales y colonias en verano.
Unas actividades que, para muchos de estos niños y niñas, aparte de experiencias educativas y de aprendizaje de valores, son espacios reparadores y de desconexión muy necesarios. Una cifra, por otra parte, que ha ido aumentando de forma exponencial en los últimos años, en concordancia con las crecientes necesidades sociales: ha crecido un 5% respecto al año anterior, y un 67% desde 2020.
Este programa de becas durante el verano, que es posible gracias a los recursos propios de la Fundación y también a la ayuda de instituciones y administraciones públicas y de más de 600 donantes al año, se garantiza también a lo largo del curso lectivo. El año pasado, 490 niños y niñas procedentes de 38 escuelas diferentes recibieron una beca para ir de colonias con la escuela. Estas ayudas minimizan las situaciones de desigualdad entre el alumnado de una misma aula.
La Fundación también apoya a nivel personal y profesional a jóvenes migrados sin red familiar que llegan a nuestro país fruto de un proceso migratorio y que tienen dificultades para insertarse en nuestra sociedad. La Fundación Pere Tarrés tiene habilitados cuatro pisos en Mataró, Vilassar y Sabadell en los que durante 2024 pasaron 32 jóvenes, que cuentan con el apoyo de un equipo educativo multidisciplinar que les ayuda en su inclusión laboral y social y también promueve su participación en espacios de ocio educativo y comunitarios del municipio.
"El ocio educativo es muy importante en una sociedad altamente individualizada", profundiza el secretario técnico del MCECC, el movimiento de esplais de la Fundación Pere Tarrés, Jordi Gomà. "Necesitamos espacios educativos no formales que ayuden a formar redes comunitarias", concluye.