COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

Durante una de las celebraciones de la pasada Navidad, un familiar holandés me contaba un modelo de integración social desde su perspectiva de ingeniero de obra pública. Trabaja para la Red de ferrocarriles holandeses y, tras terminar una nueva línea, está centrado en el mantenimiento de las vías convencionales. Durante la última crisis económica, no se hicieron las mejoras que un buen mantenimiento del sistema ferroviario requiere. Es por eso que ahora hay una fuerte inversión en señalización, como por ejemplo actualizar los semáforos de las vías.

El gobierno holandés ha formado un grupo de inmigrantes sirios para llevar a cabo estas tareas. Alguno de ellos, sin embargo, ya provenía del oficio y estaba cualificado. Al mismo tiempo que se les ha enseñado la tecnología que utilizan también se les han impartido cursos de holandés, lo que les ha permitido iniciar los trámites para el permiso de residencia. Los inmigrantes que forman parte de este programa efectúan trabajos de mantenimiento de gran alcance para los que las empresas del país no cuentan con suficientes profesionales cualificados. Su trabajo es especializado y se les da una formación técnica que luego les facilitará su proceso de inserción laboral en el país que los acoge. De este modo, se ha planificado una integración tanto desde la perspectiva de la lengua y costumbres del país, como desde una vertiente laboral centrada en las necesidades laborales existentes con la cualificación profesional suficiente. Una combinación razonable que garantiza la inserción y, al mismo tiempo, la dignidad de las personas. ¿No se podría trabajar con la misma efectividad en nuestro país?