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¿Nos preocupamos de los Auxiliares de Educación Especial?

¿Nos preocupamos de los Auxiliares de Educación Especial?

Laia Arias
Psicóloga y psicopedagoga, docente de la Fundación Pere Tarrés
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06.07.20

La figura del Auxiliar de Educación Especial (AEE) en los centros educativos es una realidad que hace patente la necesidad de disponer de profesionales que acompañen algunos de los niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE) en los centros educativos. Los AEE son una pieza clave en el engranaje de un centro que apuesta por la inclusión de todo el alumnado en el día a día en las aulas ordinarias.

Los/las AEE hacen tareas que a veces resultan más invisibles que el trabajo que otros profesionales de la educación desarrollan en un centro educativo, pero no por eso se tiene que considerar menos importante: cada pieza es para que todo se desarrolle a un ritmo adecuado y atendiendo a las necesidades de todo el alumnado. Así pues, el/la AEE tiene que velar por la autonomía, la regulación de la conducta, la seguridad y la salud del niño/a o del/la joven de quien se encarga: no solo la ayuda en su bienestar físico, sino que también se debe ocupar de su bienestar emocional. La figura del AEE es compleja porque cada alumno/a es diferente y las demandas que recibirá en cuanto a su rol pueden variar mucho de un caso a otro.

El decreto 150/2017 de 17 de octubre, de la atención educativa al alumnado en el marco de un sistema educativo inclusivo del Departament d’Ensenyament, ha supuesto toda una declaración de intenciones y un adelanto para la atención del alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE, en sus siglas en catalán). Si bien la realidad exige que se dispongan de más recursos para el pleno despliegue de este decreto, se ha dado un paso importante para que se pueda atender a todo el alumnado dentro de un sistema que apuesta por la verdadera inclusión y que no quiere dejar nadie atrás. Es por eso que, de momento, la figura del AEE es necesaria y toma relevancia porque su tarea engloba una serie de responsabilidades que van encaminadas a asegurar que el alumnado que se atiende pueda estar plenamente presente en las aulas ordinarias y no sólo eso, también que pueda participar y aprender con los otros niños y niñas.

El/la AEE no siempre cubre toda la franja horaria que haría falta en el centro, pero las horas en las cuales está, hace un trabajo increíblemente útil: apoya al profesorado, se hace cargo del acompañamiento del alumno/a en sus aprendizajes dentro del aula, asegura que los desplazamientos del niño o joven a los diferentes espacios del centro se hagan con la máxima eficacia posible y lleva a cabo tareas de higiene, salud y seguridad que el alumno/a requiere. Además, el/la velador/a siempre se puede coordinar con el/la docente referente del alumno/a para trabajar todo aquello que consideren necesario para el desarrollo del niño o joven.

El área de Formación, Consultoría y Estudios de la Fundación, de acuerdo con las necesidades formativas que se han detectado en los/las profesionales que quieren trabajar de AEE, dispone de cursos específicos de atención a la educación especial para poder dar respuesta a dichas necesidades. Por una parte, del curso propio de AEE y por otra el Certificado de Profesionalidad de Atención al Alumnado con Necesidades Educativas Especiales (ACNEE).

La formación propia, en la que se han formado más de 600 personas en el período 2018-20, consta de diferentes partes para abordar aspectos propios de la realidad laboral de los/las AEE que se considera que hay que cubrir: por un lado, se trabaja el concepto de inclusión, se hace énfasis en la importancia del decreto mencionado anteriormente y la distinción entre NEE y NESE y se explica la red de la cual forman parte los/las profesionales AEE.

De otra, se trabajan contenidos propios del ámbito de la psicología evolutiva y competencias emocionales que son necesarios para atender el alumnado con NEE, así como también las diferencias básicas entre trastornos mentales y dificultades de aprendizaje y como el/la velador/a bote ayudar en los procesos que haga falta desde las funciones que caracterizan su figura profesional.

Finalmente, también se recibe formación en aspectos tan importantes como son la salud y seguridad del alumnado que se atiende en cuanto a tareas de higiene y primeros auxilios. La formación que se ofrece, pues, promueve que las personas que quieran trabajar de velador/a dispongan de unos conocimientos más amplios e imprescindibles para hacer su trabajo en cualquier centro educativo, que tengan claras sus funciones y que puedan trabajar con más confianza y preparación.

De esta manera, la nueva propuesta formativa que se ofrece desde el área de formación, no solo se sumerge en el conocimiento del corpus teórico que hay que conocer para el desarrollo profesional, sino que, a partir de preguntas y retos, plantea situaciones reales y próximas al contexto profesional que instan a los/las participantes de la formación a aproximarse a la realidad profesional. Y des de esta perspectiva, poder dar una respuesta ajustada y inclusiva fruto del trabajo colaborativo y de la construcción de aprendizajes significativos para así conseguir el desarrollo de las competencias necesarias para llegar a ser buenos profesionales.

De esta manera, podemos decir que sí, que desde la Fundación, nos preocupamos por los AEE.

Y por este motivo, es imprescindible seguir ofreciendo formación y que la tarea que desarrollan los auxiliares de educación especial se valore adecuadamente porque su trabajo es de mucha ayuda para los centros educativos y para que niños y jóvenes puedan aprender y crecer como personas dentro del sistema educativo actual.