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La construcción de la identidad en los jóvenes de familias inmigradas

La construcción de la identidad en los jóvenes de familias inmigradas

Montse Soria Bonich
Coordinadora de Acción Social
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18.12.16

Hoy, 18 de diciembre de 2016, se celebra el Día internacional del Migrante. Las migraciones son un fenómeno mundial que han tenido lugar a lo largo de la historia y afectan a millones de personas de países diferentes, que por causas diversas, buscan nuevas oportunidades para la mejora de sus vidas.

Jóvenes de los centros socioeducativos adheridos a la Fundación Pere Tarrés preparándose para participar en la Transpirenaica

Los y las jóvenes de familias inmigradas a menudo se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad social en una sociedad de acogida, que no siempre es amable ante la diferencia. Los jóvenes se enfrentan a una sociedad de carácter adultocrática donde la edad también es un eje de desigualdad. De hecho, la juventud es una etapa vital clave en la construcción de la identidad, pues, como conjunto de momentos relevantes de la vida también puede ser una etapa decisiva en la construcción de itinerarios y trayectorias vitales.

Los hijos e hijas de familias inmigradas se encuentran en una sociedad que los diferencia en un momento vital donde "la diferencia" en la construcción de la identidad es clave para edad. Estos jóvenes buscan definirse cuando a la vez se enfrentan con prejuicios y estereotipos cotidianos, que quieren definirlos. En este contexto, la reafirmación de la identidad familiar o de partida es una estrategia de defensa. Un reclamo frente la incapacidad de definirse en el marco de una sociedad que ya ha decidido los elementos identitarios de estos jóvenes.

Las personas disponen de identidades construidas a partir de las relaciones establecidas en diferentes ámbitos de la vida cotidiana. La familia, la escuela, el trabajo, el espacio público o el grupo de iguales son ámbitos relacionales donde los individuos asumimos normas y valores. El reto es que los y las jóvenes, en este caso de familias inmigradas, oren conciencia de todos los recursos y estrategias que disponen como jóvenes y con procedencias diversas en esta sociedad.

Clave es dar voz para generar ciudadanos de pleno derecho. Los hijos e hijas de familias inmigradas, no han decidido emigrar en la mayoría de casos y no disponen de un proyecto migratorio. La decisión suele ser de los padres. De niños inician un viaje a un país diferente al suyo que no termina con la llegada al mismo si no que continúa con el fin de adaptarse a la sociedad de acogida. Los hijos e hijas de familias inmigradas también pueden nacer en los países de llegada de sus padres y encontrarse con las dificultades de vivir entre dos realidades culturales diferentes: la de casa y la de la escuela.

Los procesos migratorios también suponen pérdida de capacidad económica y disponer de posiciones más vulnerables a la sociedad por factores económicos, pero también social y/o culturales. La red social en la sociedad de acogida normalmente es más débil y desde muchos servicios de intervención socioeducativa se intenta favorecer espacios de relación y de diversidad cultural para generar nuevas oportunidades.

En el marco de este día, son muchos los retos presentes, especialmente ante la crisis humanitaria actual entorno las personas refugiadas. Igualmente, los y las hijas de familias inmigradas son ciudadanas con experiencias vitales diversas que pueden aportar más riqueza en nuestra sociedad. La mirada debe cambiar para asumir este reto actual.