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El fomento del hábito lector como motor de igualdad en los niños y niñas

El fomento del hábito lector como motor de igualdad en los niños y niñas

Anna Ruiz-Tagle Rozas
Coordinadora pedagógica
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16.10.25

La lectura es mucho más que una competencia escolar: es una herramienta de transformación social que abre puertas a nuevas experiencias, conocimiento y comprensión del mundo.

En edades tempranas, el contacto con los libros despierta la curiosidad, el lenguaje y el pensamiento crítico, generando una base sólida para el aprendizaje futuro. Sin embargo, estos beneficios no llegan igual a todos los niños y niñas, y especialmente en entornos vulnerables, donde las familias se enfrentan a varias barreras, a menudo interconectadas, en su día a día.

Estos obstáculos se manifiestan de forma concreta. Los horarios laborales irregulares o los múltiples trabajos limitan el tiempo que los padres y madres pueden dedicar a leer con sus hijos e hijas, o a participar en las programaciones de actividades educativas y culturales de la ciudad, como pueden ser las sesiones de cuenta cuentos en las bibliotecas públicas, centros cívicos, etc. Además, estas dificultades se entrelazan con barreras culturales: algunas familias desconocen los recursos de su entorno para fomentar el gusto por la lectura. Este desconocimiento restringe el acceso de los niños y niñas a momentos de lectura guiada y compartida con adultos, esenciales para estimular el gusto lector y favorecer el aprendizaje. También hay que tener presentes las barreras lingüísticas. En hogares en los que se habla una lengua minoritaria, los adultos pueden tener dificultades para expresarse y leer en catalán o castellano, y a menudo no encuentran libros en su lengua materna. Como resultado, la lectura deja de ser una actividad natural y se percibe solo como tarea escolar.

Estas limitaciones, logísticas, culturales y lingüísticas no actúan de forma aislada; se refuerzan mutuamente (y con otras que aquí no se mencionan) y pueden dificultar que los niños y niñas desarrollen hábitos lectores sólidos.

Por eso, es fundamental fomentar la lectura desde diversos ámbitos y mediante iniciativas accesibles e inclusivas. Las bibliotecas escolares activas, los clubes de lectura comunitarios y los talleres creativos, que incluyen libros en lengua materna y oficial, o el proyecto Menja Llibres, que ofrecen experiencias que transforman la lectura en un placer compartido. Estas actividades no solo permiten acceder a los libros, sino que también crean un entorno de acompañamiento y soporte, donde los niños y niñas pueden explorar historias, compartir opiniones y aprender juntos.

Gracias a estas experiencias, fomentar el gusto por la lectura aporta a los niños y niñas oportunidades educativas y de futuro. Leer amplía el vocabulario, mejora la comprensión lectora y estimula la imaginación. También ayuda a los niños y niñas a desarrollar pensamiento crítico, a expresarse con confianza y a establecer vínculos afectivos con referentes adultos. A través de la lectura, pueden conocer otras culturas, entender perspectivas diversas y crear una sólida base para el aprendizaje continuo. Estas habilidades no solo impactan en el rendimiento escolar inmediato, sino que preparan a los niños y niñas para tomar decisiones informadas y aspirar a trayectorias educativas y profesionales más amplias.

Por todo ello, fomentar el gusto por la lectura también debe ser una prioridad social. Cuando un niño o niña descubre que leer puede ser divertido, compartido y enriquecedor, no solo amplía sus propias oportunidades de futuro, sino que también contribuye a transformar el entorno que le rodea, reforzando los vínculos y la cohesión de la comunidad.

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