COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL
BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS
BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS
 
                
                                    Esther Giménez-Salinas
                                    Directora de la Cátedra de Justícia social y restaurativa y profesora de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
                                    Ver todos los artículos
                                
18.02.21
Como suele suceder muchas veces, no nos damos cuenta de la gravedad de las cosas hasta que esta nos desborda. Llevamos mucho tiempo hablando de una reforma del Código penal, de los delitos de sedición y rebelión, de los delitos de la libertad de expresión, del tercer grado, de la criminalización de la miseria, pero la sombra de la prisión es cada vez mas alargada y sus muros más altos.
De hecho, contrariamente a lo que parece la prisión es una institución relativamente moderna. Instaurada como tal a principios del XVIII, tuvo su auge en el siglo XIX y XX, aunque sin duda sus funciones fueron evolucionando.
Hoy en nuestro país muchos delitos castigados con penas de prisión podrían ser perfectamente resueltos y sancionados de forma muy distinta, pero no nos lo acabamos de creer. Seguimos pensando que la privación de libertad es la mejor manera de responder.
Es como si el tiempo se hubiera detenido y no fuéramos capaces de adaptarnos, también la Justicia, a los nuevos tiempos. Reparar el daño causado ya sea directa o simbólicamente, implicar y reparar a la comunidad, o en su caso disculparse ante la victima son formas de responder al delito mucho mas justas y eficaces, socialmente más próximas y hasta económicamente mucho más rentables. Pero no “son penas, no duelen” argumenta la gente, mientras siguen pidiendo elevar los años de prisión.
Y es que siguen siendo válidos los argumentos de segregación y aislamiento, “castigar el alma”, que decía el filósofo, politólogo y sociólogo Michel Foucault, en sustitución de los castigos corporales. Pero si a ello le añadimos que la prisión es además una manera de “etiquetar la pobreza” la situación es mucho más injusta. Por eso suelo decir también que la prisión es un color y un olor: es gris cemento y huele a cerrado.
Así pues, una manera de recordar el día de la Justicia social seria reivindicando la justicia restaurativa.
La Fundación
Qué hacemos
                                        Nuestra labor
                                        A quién acompañamos
                                        Nuestro impacto en la sociedad
                                        Dónde actuamos
                                        Posicionamiento y adhesiones
                                
Cómo lo hacemos
                                        Portal de transparencia
                                        Sostenibilidad y medio ambiente
                                        Calidad
                                        Compromiso ético
                                        Política de buen trato en la infancia y la adolescencia
                                        Fomentando la igualdad
                                        ODS
                                        Trabajo en red
                                        Reconocimiento y premios
                                        Quien nos avala y apoya
                                
Proyectos solidarios
                                        Presentación
                                        Proyectos
                                        Colabora
                                        Colaboradores
                                        Transparencia y rendición de cuentas
                                        Preguntas más frecuentes