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Hacia un envejecimiento compartido, activo y saludable

Hacia un envejecimiento compartido, activo y saludable

Paula Barrios
Coordinadora Pedagógica de la Fundación Pere Tarrés
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08.05.17

El aumento de la longevidad ha acontecido un éxito y ha supuesto retos importantes. Actualmente, vivimos un proceso de reestructuración y, en algunos lugares, de inversión de la pirámide poblacional. Estamos preparados para esta realidad? En este sentido, intentaremos poner de manifiesto algunos de los recursos y servicios existentes a nuestro alcance para esta nueva sociedad.

En 2015, la gente mayor representaba un 24%[1] de la población de Cataluña. El año 2016, el índice de envejecimiento[2] de Cataluña fue del 116 y el de sobreenvejecimiento (3) del 16. La edad mediana de la población ha pasado de ser 41,2 años a ser de 42,3 años en menos de cinco años, siendo la franja poblacional de 15 a 64 años la más grande con diferencia (65,6% respecto a los 15,9 al grupo poblacional de menos de 15 años)[4].

Teniendo en cuenta estos datos observamos un cambio sustancial de la pirámide poblacional haciéndose más ancha en el centro y parte superior y aconteciendo más estrechada en la base.

Este hecho ha producido un cambio significativo en la orientación de las políticas dirigidas tanto a la población general como la gente mayor en particular, haciendo que los recursos y servicios destinados evolucionen desde una perspectiva asistencial y dependiendo hacia otras perspectivas basadas en un envejecimiento activo y saludable.

Un punto de inflexión dentro de esta nueva orientación fue la publicación del libro “Active ageing: a policy framework" por parte de l‘Organización Mundial de la Salud (World Health Organization, 2002). En este, se pone de manifiesto el paradigma de Envejecimiento Activo como “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, aprendizaje a lo largo de la vida, participación y seguridad para conseguir una mejora de la calidad de vida a medida que las personas envejecen”.

Dentro de esta línea hay que poner de relevancia un proyecto multinacional llevado a cabo por la Unión Europea (2004-2007), que contaba como eje motor el envejecimiento y como conseguir que este fuera más saludable. Fruto de los resultados de este destaca el concepto de Envejecimiento Saludable, entendiéndose como el “proceso d‘optimizar las oportunidades de salud física, social y mental que permitan a la gente mayor participar activamente en la sociedad, sin discriminaciones, y disfrutar d‘una calidad de vida independiente” (SNIPH, 2007).

No todas las personas llegan con condiciones óptimas a ser grandes. Lo más innovador de estas concepciones, es que tiene presente la posible dependencia y/o deterioro de las personas a medida que nos hacemos grandes y trata de respetar la máxima autonomía posible – independientemente de su estado.

Este nuevo panorama ha propiciado la confección y creación de una red estructural de recursos y servicios adecuados a la realidad actual y venidera.

Dentro de la red encontramos diferentes grupos de recursos o servicios #agrupar según la línea de intervención a trabajar. A modo de ejemplo,

- Apoyo Social y Participación: mientras más relaciones y más activos nos mostramos acontece una mejor salud mental, física y social.
- Algunos de los programas y recursos dirigidos en esta línea son, por ejemplo: el Consejo Asesor de la Gente mayor, modelo de gestión de los casales de gente mayor municipales (Plan de Mejora), proyecto de voluntariado con y por gente mayor, programas como Bajamos a la calle o a nivel más europeo, la Red de Intercambio de Voluntariado Sénior Europeos o programas de conversaciones cruzadas (Crosstalk) acontecen útiles y evidencian un cambio de sistema.
- Contexto: uno de los factores determinantes para tener un envejecimiento más activo y saludable es el mismo entorno que nos rodea. La realización del proyecto participativo de Barcelona, Ciudad Amiga de la Gente mayor y el reconocimiento, al 2011, de la Ciudad como miembro de la Red Internacional de Ciudades Amigables de la OMS conforman un compromiso firme de la voluntad por parte de todo el mundo de hacer una ciudad accesible, ágil y, si se tercia, adaptada para las personas grandes.
- Formación y Aprendizaje: La formación y el aprendizaje facilita la inclusión de las personas en la sociedad. Uno de los ejemplos más claros que podemos encontrar de esta cuestión, son las nuevas tecnologías. Su conocimiento facilita, nunca mejor dicho, que la gente mayor esté “conectada” al entorno, a la familia, en definitiva... al mundo. Algunos de los ejemplos que podemos encontrar son: Las Aulas de Extensión Universitaria, la inclusión de las nuevas tecnologías en todos los recursos posibles dirigidos a gente mayor (aulas de informática, etc.), programas concretos y accesibles por todo el mundo de teléfonos inteligentes, tablets, redes sociales, etc.
- Bienestar emocional y Físico: mientras más autonomía y capacidad de decisión, más podrán decidir sobre que necesitan y como lo quieren. Programas, como las Escuelas de Salud presentes en todo el territorio, así como acciones concretas que trabajen la memoria o que permitan la exposición de desazones, situaciones o establecimientos de relación (tertulias, etc.) son cuestiones necesarias para mejorar la calidad de las personas grandes.
- Situación de vulnerabilidad: todo y el trabajo de promoción y prevención no podemos olvidar que la carencia de recursos, de relaciones y/o incluso la dificultad de comunicarse, hacen que muchas personas grandes puedan llegar a sufrir – directa o indirectamente – algún tipo de maltrato. En este contexto se están poniendo en marcha programas específicos de cariz preventivo que promueven el buen trato así como de intervención, Programa Radares, “Gente mayor, Grandes Personas” que pretenden concienciar, poner de manifiesto, intervenir así como poner los recursos al alcance de todo el mundo.

Desde la Fundación Pere Tarrés, se participa activamente en esta red, poniendo a disposición todos los recursos que tenemos a nuestro alcance así como intentando establecer cuáles son las necesidades reales de cada una de las personas mayores. Entre las acciones que se realizan encontramos: la gestión de casales municipales de gente mayor adheridos al Plan de Mejora, apoyo y dinamización de entidades de gente mayor, establecimiento de un proyecto concreto de voluntariado con y para gente mayor, Universidad por Gente mayor así como la colaboración de programas concretos, como por ejemplo, el proyecto de formación con dispositivos móviles por mayores de 55 años con la financiación de la Fundación Vodafone.
Aun la cantidad de recursos existentes, esta red es “viva” y está sujeta, al igual que la sociedad, a una constante revisión – tanto por las diferentes administraciones, entidades como personas implicadas – para promocionar y propiciar un contexto real donde el envejecimiento activo sea la norma y no la excepción.

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