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Apoderamiento de Mujeres

Apoderamiento de Mujeres

Judith Hernández Juárez
Coordinadora General de Acción Social
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04.05.17

El apoderamiento de mujeres consiste en un proceso individual y colectivo a través del cual las mujeres toman conciencia de sí mismas, se unen colectivamente en la toma de decisiones y acceso al poder.

El concepto apoderamiento de mujeres se refiere a un proceso de capacitación para la prisa de decisiones y acceso al poder, tal como se definió a la IV Conferencia Mundial de Bejing. Este proceso trae implícito la toma de conciencia sobre el poder individual y colectivo que ostentan las mujeres, no olvidamos, en el sí de un sistema patriarcal opresor. Desde organismos internacionales como la ONU se entiende el apoderamiento de las mujeres como una estrategia para lograr una sociedad más justa por todo el mundo.

Así, los procesos de apoderamiento de mujeres pasan por dos esferas, la individual y la colectiva. La individual pasa para fomentar el autoconocimiento, romper con las barreras y techos de vidrio, fortaleciendo las capacidades de cada una para definir sus vidas, autónomamente. El apoderamiento colectivo consiste en el conocimiento de las relaciones entre las estructuras de poder desde una perspectiva sociopolítica, histórica o cooperativa con objeto de poder transformarlas y generar cambios socioculturales.

Así, para generar transformación social, es requisito indispensable que los procesos de apoderamiento se aborden desde una vertiente individual y colectiva, puesto que difícilmente son disasociables.

Desde la Fundación Pere Tarrés llevamos a cabo proyectos de intervención comunitaria y grupal para la promoción de las mujeres como agentes de transformación social, incidiendo en aspectos individuales como la autocura y la preservación del espacio propio de las mujeres, y, atendiendo a los aspectos colectivos cómo es la generación de espacios formativos, de relación y apoyo entre mujeres, generando espacios de reflexión, participación y acción.

Servicio de acogida a familias Recién llegadas de Montcada i Reixac
En el servicio de acogida y reagrupamiento a familias recién llegadas se crea un espacio de encuentro y debate entre mujeres que comparten la condición de “reagrupada” y así acompañarlas en su proceso de inclusión a la nueva sociedad, principalmente, porque la dificultad para conciliar su vida familiar y laboral, así como la cultura de origen de las mujeres magrebíes y paquistaníes, las retiene al ámbito doméstico, cosa que los dificulta, en su proceso de adaptación a la sociedad de acogida.

Así, el proyecto pretende ser un espacio de acogida inicial que promueva la participación de las mujeres recién llegadas, donde estas puedan establecer red social y realizar las primeras acciones formativas en lengua y conocimiento del entorno.

Estos espacios promueven el intercambio de experiencias y el apoyo mutuo para paliar las situaciones de aislamiento y soledad con que estas mujeres pueden encontrarse, menguando el riesgo que el malestar emocional acabe derivando en problemas de salud mental. Así mismo, se realiza un acompañamiento psicosocial en el proceso de reagrupamiento, asesorando a las mujeres en los posibles conflictos y problemáticas derivadas del reagrupamiento que se puedan generar en el núcleo familiar.

Esta experiencia ha sido exitosa durante los últimos años. Este año el reto será promover la autonomía del grupo para pasar a la acción e intervenir en la comunidad.


Grupo de Arpilleristes al Casal de Barrio Conrès Indians.
Desde el año 2011, al Casal de barrio Congreso-Indians al distrito de Sant Andreu de Barcelona. Se ha impulsado la creación de un grupo de mujeres a través de la práctica de la arpillera, una técnica textil que consiste al utilizar ropas para crear imágenes que se cosen sobre tela de saco. La Arpillera fue una técnica popularizada en Chile en 70 cuando las mujeres se reunían clandestinamente y elaboraban la arpillera para denunciar las situaciones de injusticia y de violencia que vivían durante la dictadura de Pinotxet.

Al 2013, las mujeres arpilleras del Casal, inauguraban la primera exposición: Vidas de barrio donde conjuntamente con mujeres de Sant Roc explicaban su testigo de vida y experiencias en dos barrios un tanto diferentes cómo son Sant Roc  y Congreso-Indians. Desde entonces han seguido con el grupo con diferentes exposiciones reivindicativas como “Mujer y oficio” donde tenían como objetivos visualizar el oficio de muchas mujeres, anónimas madres y abuelas, a las que nunca se las va reconocer su esfuerzo y su trabajo.

El pasado 2016, con la madurez del grupo, las Arpilleristas han tratado la guerra civil y coincidiendo con la inauguración de esta exposición, las Arpilleristas fueron invitadas a participar del “Foro internacional de Arpilleres en el País Vasco”. Actualmente, hay dos arpilleres de esta muestra que están expuestas en Irlanda norteña.

Es por esta última exposición y por la tarea de recuperación de la memoria histórica y por la trayectoria de las arpilleres como grupo de mujeres implicadas en la reflexión y el trabajo de la memoria desde la perspectiva de género, además de su tarea de trabajo en red con otros grupos y equipamientos del Distrito de Sant Andreu que este año han sido premiadas con el premio Sant Andreu 2016.


“La Corrala" Grupo de Mujeres de la Marina de Puerto

El marzo de 2014, inicia en Marina el Taller de Teatro y Narración Oral para Mujeres, impulsado por el Servicio Socioeducativo de Marina, del Distrito de Sants Montjuic, y financiado gracias al Plan de Barrios. Este proyecto tenía como objetivo apoderar un grupo de mujeres de los barrios de la antigua Zona franca de Barcelona a nivel personal y grupal, y conectarlas con el tejido comunitario de su territorio. Se partía de la premisa que la narración oral es uno de los vehículos que las mujeres han utilizado siempre para transmitir el conocimiento y su particular visión del mundo. Los cuentos y las fábulas explican lo cotidiano, las aventuras y desaventuras de la gente normal, de lo qué sucede detrás las puertas de las casas, en la penumbra y la intimidad..

Narrar la propia vida, da la oportunidad de construir o reconstruir la realidad, de repensar la propia historia y hacerle un homenaje. En el proceso de trabajo para tejer la pieza de teatro comunitario. La voz, los movimientos y la danza fueron los instrumentos para que las mujeres se comunicaran, comprendieran y se aceptaran desarrollando una conciencia colectiva. Todas las mujeres se centraron en su propia historia o la de su madre, como una forma de encararse a la memoria y dar un lugar de honor a sus recuerdos, sus dolores, sus pérdidas y su espíritu de superación.

Dialogar sobre temas como la salud, la pérdida, la sexualidad o la muerte con ojos de mujeres y darse cuenta que compartimos un intangible culturalmente aprendido, generó una profunda conciencia de género y un fuerte sentimiento de comunión y pertenencia al grupo. De estas sesiones sale, unos meses después, "La Corrala", una obra de teatro coral que recoge las narraciones elaboradas por cada una de estas mujeres, y que tiene lugar en un patio de vecinos, una Corrala, como lo denominan ellas, que es el lugar privilegiado donde se acontece la vida privada de las personas, el escenario de las miserias y los triunfos cotidianos.

A continuación os presentamos las mujeres protagonistas de este viaje interior, y las narraciones que crearon con todo el corazón y las entrañas. Seguidamente, encontraréis "La Corrala", que recoge todas estas vivencias, y que estrenamos el 28 de noviembre de 2014 ante un numeroso público en la Sala Pepita Casanellas del barrio de la Marina de Barcelona.

Este año, se ha publicado la compilación de las narraciones, acompañado del texto teatral, y el grupo sigue con nuevas obras.

Si bien cada uno de los procesos descritos anteriormente, sigue procesos diferentes en función de las especificados y voluntades de los grupos de mujeres, podemos observar aspectos comunes que podemos tener presente, como son:

- Tomar conciencia de las propias vidas y de la de mujeres del entorno más cercano (madres, abuelas, vecinas).
- Tomar en primer término las “gestas” de la vida cotidiana dotando de valor, el ámbito doméstico.
- Generar espacios comunes de apoyo y de encuentro donde se generan lazos de convivencia y conciencia colectiva.
- Ofrecer conocimientos, técnicas y medios para la expresión y unión colectiva.
- Potenciar la autonomía de las mujeres y el grupo.
- Acompañar la acción para la transformación del grupo.

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