FAMILIAS

BLOG DE LA FUNDACIÓN PERE TARRÉS

El valor pedagógico de las colonias

El valor pedagógico de las colonias

Pere Vives i Santa-Eulàlia
Jefe de Educación Ambiental y Colonias de Tiempo Libre de la Fundación Pere Tarrés
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10.08.12

Las colonias, convivencias, campamentos y salidas escolares han sido y son todavía una motivación para niños y jóvenes, por el valor que tienen, por el hecho educativo intrínseco que conllevan, por la tradición, el esfuerzo, la novedad, la experiencia vivida. .. y muchos otros aspectos que hacen de las colonias y de las actividades de ocio una oportunidad única.

Las salidas de colonias tienen un efecto catalizador, hacen que pasen "cosas", sentimientos, sensaciones y emociones. Aprovechar estos momentos para educar a los niños y jóvenes y hacerlos crecer como personas y como ciudadanos es un reto insoslayable, que se debería poner en más valor.

Las colonias no individualizan, evitan el aislamiento, evitan la marginación, son actividades inclusivas que nos ayudan en nuestra socialización. Las salidas están pensadas para hacerse en grupo, en un espacio diferente al cotidiano y donde la diversidad de edades y el reparto de tareas nos hace ser protagonistas y actores de cada actividad y de cada minuto. Hay pasarlo bien, pero hay también barrer o limpiar la mesa y hacerse la cama, hay que ser responsable de tu propio tiempo.
Una experiencia más allá de la escuela y de cada hogar
Desde la educación infantil hasta la educación secundaria, a lo largo de toda la escolarización obligatoria y en verano, las colonias nos brindan la oportunidad perfecta para conocer nuevos amigos en un entorno bien alejado del centro de estudio o de casa. Algo tan sencillo como cambiar las cuatro paredes del aula o de casa por el entorno natural, cambiar los pupitres o la cama propio para la camilla, o la ropa de cada día por el bañador o las botas de caminar, estos cambios facilitan las buenas relaciones y refuerzan y estrechan sorprendentemente el enlace emocional que nos une con los amigos y compañeros, todo agrandando la confianza que nos une. El rato de charlar hasta que se duerman, las confidencias y la diversión a oscuras que suelen hacer perder la paciencia a los monitores y maestros, son momentos que cohesiona y unirán el grupo como nunca. Los más pequeños nos mostrarán su estima, los más grandes su confianza o incluso su respeto y de cada monitor, maestro o profesor dependerá aprovecharlo como más crea conveniente.

El tiempo libre es un rasgo determinante como tiempo en que la persona disfruta de manera especial, por haber sido un tiempo elegido, porque se vive con menos imposición, con mayor predisposición a la participación. Por lo tanto, las probabilidades de que el aprendizaje sea eficiente son mucho más altas.

Las familias en estos momentos tienen muchas dificultades económicas crecientes, que imposibilitan que los niños y jóvenes puedan disfrutar de experiencias de colonias. Sin embargo, muchas de ellas hacen el esfuerzo para que vislumbran el potencial educativo de las colonias. Ahora más que nunca, hay que poner los recursos necesarios para facilitar el acceso a las colonias, líneas de ayudas, campañas de financiación, búsqueda de recursos, combinado con la imaginación en el momento de diseñar, de generar colonias eficientes, colonias que enseñen a vivir con menos.

Las entidades y centros educativos, centros de recreo, agrupaciones, escuelas, etc ... han tenido presente el valor de las salidas de colonias y campamentos de los niños y jóvenes desde hace mucho tiempo. En los momentos actuales muchas de estas propuestas peligran, no por su coste sino porque se consideran un "añadido o un añadidura" que se puede prescindir. Este razonamiento es lógico si no sabemos ver la importancia y el valor que tienen las colonias. La sociedad debería velar por su continuidad y su implementación para que las colonias tienen capacidad de filtración entre las personas, de acoger los más desfavorecidos, de hacer posible acciones educativas con pocos recursos, donde el niño y joven que ha de convertirse en persona es el principal activo.
Yendo de colonias, conoceremos el territorio
Desde que son más pequeños hasta los últimos cursos y si van de colonias cada verano tendrán la oportunidad de conocer una buena muestra de lo que es nuestro país. Con los más pequeños es recomendable quedarse en la propia comarca o en alguna zona cercana, intentar evitar largos viajes en autocar. Cuanto mayor sean los participantes más podremos abrir el radio de acción, saliendo de las comarcas que tenemos más cerca y visitando parajes más diversos, moviéndonos del mar a la montaña y de la montaña al mar. La búsqueda de la diversidad en el lugar elegido hará que el aprendizaje sobre el territorio sea mayor y la conciencia de pertenecer a un país, sea mayor.

Se este diseño de colonias lo que genera ciudadanos con espíritu crítico, sensibles a las problemáticas de los demás, solidarios, comprometidos y respetuosos con el medio ambiente.

La organización segura de las actividades de las colonias deben ser un parámetro de calidad
Es especialmente relevante el tema de la responsabilidad durante las actividades y la asunción de riesgos. La organización de una actividad por parte de una entidad que goce de profesionalidad y bagaje, es una garantía para la seguridad de la misma y un parámetro de calidad de aquella actividad. Las actividades deben ser organizadas de manera que la garantía de la seguridad de las mismas sea un valor de la planificación y diseño. El equipo de profesionales que están al servicio de las entidades y que organizan colonias son también un aval al respecto. La convivencia entre el voluntariado y el trabajo remunerado es también un buen indicador de este grado de madurez en el diseño de las colonias existe y todas las propuestas suman en favor de la educación de niños y jóvenes.

Que las colonias tienen valor en el crecimiento personal y en la educación de los niños y jóvenes para convertirse en personas, ya se ha justificado con creces, nos falta pero generar las complicidades entre todos los agentes implicados, administración, padres, familia, escuela, entidades, monitores, compañeros. Resolver conjuntamente los interrogantes futuros y presentes sobre la educación y el aprendizaje de las personas es un deber y un horizonte. Crear una red de comunicación y complicidades es una oportunidad que no debe perderse.

Si hacemos colonias, hacemos crecer las personas y de trasfondo protegemos el futuro y capacitamos en muchos aspectos de la vida cotidiana a los niños y jóvenes que participan. En las manos y en el buen hacer de las entidades, las escuelas, las administraciones, las empresas y las familias está lo que este hecho, tanto nuestro y tanto identificado como potencial educativo, no se pierda.

Artículo publicado en la revista FAROS CONOCIMIENTO del Hospital San Juan de Dios el 17 de julio de 2012.