EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

Mayor esperanza de vida, mayor prevalencia de enfermedades neurodegenerativas que implican dependencia física y/o cognitiva y el debilitamiento de la familia como grupo curativo son algunos de los factores que explican el aumento de los recursos sanitarios para los ancianos.

En España contamos con más de 350.000 plazas residenciales para este colectivo, 57.000 de las cuales se encuentran en Cataluña. A estas cifras es necesario sumar a todas las personas que van a centros de día y otros recursos destinados a trabajar por un envejecimiento saludable. Es esencial que los profesionales bio-psico-sociales lideren las numerosas intervenciones que se pueden realizar en este grupo de edad, bajo el marco ofrecido por la Atención Centrada en la Persona.

Basándonos en la dignidad inherente a todos los seres humanos, debemos trabajar para promover la independencia y preservar la autonomía de los personas mayores. Este tiene que ser el punto de partida en la gestión de residencias, de nuestras intervenciones y nuestro fin, adaptando cada una de las acciones a la persona a la que servimos. Para lograrlo, es esencial conocer su historia de vida, sus intereses y respetar sus decisiones. Como profesionales, acompañaremos a la persona mayor en los últimos años de su vida, ayudándola en todo lo posible a seguir su propia hoja de ruta, evitando siempre decidir por ella. Este objetivo solo se puede lograr diseñando un plan de atención único e intransferible para cada usuario. La admisión a una residencia no debe significar una ruptura en la biografía del individuo.

Es necesario trabajar para asegurar que la continuidad en su proyecto de vida sea una realidad, ofreciendo al usuario un nuevo hogar. El Diploma de Especialización Universitaria en Gestión de Residencias y otros Servicios para Personas Mayores ofrece las herramientas para diagnosticar, ejecutar y evaluar todos los procesos implicados en la gestión de residencias. Esta formación permite conocer la normativa vigente del sector, desarrollar el plan estratégico del centro, implementar modelos de gestión de calidad, llevar a cabo la gestión económica y de recursos humanos; siempre teniendo en cuenta los aspectos psicosociales que sustentan las buenas prácticas en este tipo de recursos sanitarios destinados a ofrecer una calidad envejecida.