EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS

¿Cómo acompañar a los menores extranjeros sin referentes adultos?

¿Cómo acompañar a los menores extranjeros sin referentes adultos?

Gisela Riberas Bargalló
Directora del Grado de Educación Social en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
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19.02.19

Detrás de cada término, etiqueta o palabra hay un significado. Y detrás de la palabra MENA, menores extranjeros no acompañados, hay muchas historias diferentes y personales de niños, adolescentes y jóvenes que llegan migrados a nuestro país sin compañía. Detrás de cada una de estas situaciones hay historias de vida muy duras y muy crudas, que requieren de una atención y acompañamiento individual.

Os contaré cómo llegó Omar a Barcelona. Omar es el hijo mayor de una familia de cuatro hermanos. La madre tenía una diabetes mal tratada y el padre trabajaba de forma intermitente a la obra. Decidieron recoger todos sus ahorros y enviar a su hijo en nuestro país. ¿Porque? Con un motivo claro, poderle dar la oportunidad de poderse formar, porque tenía una buena capacidad intelectual, pero también con un motivo muy importante que era que pudiera trabajar para poder ahorrar y ayudar económicamente a su familia, que estaba pasando por una situación de precariedad económica.

Los motivos pueden ser diversos, pero después de haber estado hablando con algunos de estos chicos y también con los profesionales que los atienden, educadores sociales, educadoras sociales, trabajadores sociales y trabajadoras sociales, desde su llegada y durante este periodo de estancia en nuestro país, hemos llegado a sacar algunas categorías o ideas que son genéricas.

La primera es huir de una situación de muchísima precariedad económica. También en algunos casos huyen de una situación en la que el país de origen no existe un sistema de protección a la infancia y muchos de ellos tienen familias muy desestructuradas. En otros porque hay conflicto armado en su país. En otros porque tienen la posibilidad y la esperanza de tener un futuro profesional diferente a lo que ven a su alrededor, en sus familias. Otros, también es cierto, que vienen con expectativas poco realistas, porque tienen unos ídolos mediáticos muy idealizados, como puede ser un jugador de fútbol o un cantante de rap. Lo que los une a todos es que ellos quieren cambiar su vida y tienen derecho a tener una vida más digna, como la tenemos el resto de personas.

Mirad, ¿cómo podemos ayudar a hacer una intervención más eficaz en estos chicos y chicas? No basta en hacer una acogida que, es necesaria, evidentemente, hacer una acogida pero esta acogida debe ir muy personalizada en función de las necesidades de cada joven, de cada adolescente.

Hay una frase que me acompaña desde hace mucho tiempo que dice: "el mismo fuego que hierbe un huevo, derrite també la mantequilla". Es decir, si hacemos un paralelismo, no podemos tratarlos a todos igual y esperar que todos nos respondan de la misma manera, para que cada uno puede tener una respuesta diferente, y en ocasiones incluso opuesta, a lo que nosotros esperamos.

Los educadores sociales y los trabajadores sociales deben estar preparados con competencias y con adquisición de aprendizajes para acompañar estas familias vulnerables y con niños que viven situaciones de riesgo. Pero en este caso necesitamos conocimientos y formación nueva que debemos adquirir, porque las situaciones son diferentes y por lo tanto las hemos de poder atender de una forma diferencial.

Formación en la lengua, porque es esencial que nos podamos entender para poderlos atender. Pero además, cultura de su país, políticas migratorias, conocimientos en políticas internacionales, conocimientos en cómo funcionan las cooperaciones, colaborar con el país de origen, todo el tema del duelo migratorio, estos chicos vienen dejando muchísimas cosas atrás y cuando llegan aquí llegan con ansiedad, con miedos, con angustias y con todo un proceso personal que tienen que hacer y nosotros tenemos que ser capaces de poder contener, escuchar, acoger y de alguna manera hacer un retorno que les facilite poder continuar con su vida.

También es importante poder gestionar nuestras propias emociones como profesionales porque vivimos situaciones muy críticas, escuchamos historias muy duras y por tanto deberíamos estar implicados todos, porque es responsabilidad de todos, de la ciudadanía, de la vecindad, de las entidades sociales, de las administraciones públicas, en general de todos. Todos podemos hacer algo por pequeña que sea, podemos romper estereotipos, prejuicios, tener una mirada más positiva de la interculturalidad, ver la parte positiva de todo y sobre todo hacernos responsables de que estos niños son "chavales" que tienen todos los derechos como tienen nuestros hijos o nuestros hermanos. Es necesario que todos tomemos conciencia y contribuimos a hacer un mundo un poco más empático, más sensible y más humano.