El espacio público tiene potencial para estimular una infancia y adolescència enriquecedora y saludable, donde el juego adquiere una importància social que ayuda a mejorar la vida comunitaria para los niños y niñas y para el conjunto de la ciudadanía. El juego y el tiempo libre son elementos esenciales para el desarrollo de los niños y niñas, como recoge el Comité de los derechos del niño de Naciones Unidas (2013), y las ciudades, espacios idóneos que favorecen el juego compartido entre iguales diversos y entre generaciones.

En Cataluña hay muchas familias y personas que se hacen cargo de personas en situación de dependencia, ya sea a causa de una enfermedad o de una discapacidad. La mayoría de las personas cuidadoras son mujeres. Asumir esta responsabilidad tiene repercusiones en estas personas cuidadoras en diversos ámbitos pero en este texto hablaré del impacto para estas mujeres en sus relaciones sociales. Este impacto se concreta en relación con el resto de la familia y en la participación en otros ámbitos de su vida: la vida lúdica, comunitaria y laboral.